
Fracasos... fracasos acumulados uno a uno en ese rincón de mi mente deberían estar muertos. En cierto modo lo están, siendo como zombies en descomposición que vuelven a la vida y no me dejan olvidar.
Proyecto tras proyecto continúo igual que siempre. A veces hay avances y otras veces retrocesos, pero siempre se vuelve al punto de partida. Ese punto en el que no tienes nada.
En extrañas ocasiones hay situaciones afortunadas que perduran, pero en su mayoría se quedan en vanas ilusiones, como semillas que jamás llegaron a germinar.
Escoria humana, eso es lo que somos. Nosotros mismos nos auto-infundimos odio y lo destruimos todo. No tengo ninguna esperanza en la humanidad, es un pensamiento misántropo pero la mejor solución para el planeta es que nos extingamos.
Y aún sin esperanzas, no puedo quedarme de brazos cruzados, aunque sea nivel individual pienso conseguir lo que muy pocos pueden siquiera soñar. Sonará triunfal la música de la victoria y yo no caeré, aunque todos se me opongan.
Difundiré un caos benefactor y me alzaré entre las cenizas que dejen el fuego y las llamas. No necesito seguidores, mi voluntad lo es todo.
Es hora de poner fin a tanta estupidez y limpiar la mierda de nuestros errores.